Mesas de trabajo y preparación: claves para tu cocina profesional

Tener buenas mesas de trabajo y preparación no es un lujo, es una necesidad. Si trabajas en hostelería, sabes que el orden, la higiene y la eficiencia dependen, en gran parte, del mobiliario que elijas.

¿Quieres montar una cocina funcional y práctica? Entonces, esto te interesa. Aquí te contamos qué tipo de mesas y accesorios son los más adecuados para tu negocio.

1. Diseños de mesas según cada tipo de uso

En cocina profesional no hay lugar para improvisar. Cada metro cuadrado cuenta, y elegir la mesa adecuada marca la diferencia.

Los modelos más comunes en hostelería son:

Mesas de acero inoxidable: duraderas, higiénicas y fáciles de limpiar.
Mesas con estantes o baldas inferiores: perfectas para almacenar utensilios o recipientes.
Mesas con cubeta: combinan zona de trabajo con lavado rápido.
Mesas con ruedas: ideales para cocinas dinámicas o zonas de montaje.
Mesas plegables: solución flexible para catering o eventos.

¿Qué tienen en común?:

Superficies amplias para manipular alimentos con seguridad.
Estructuras robustas que soportan peso y uso continuado.
Materiales fáciles de desinfectar, aptos para contacto alimentario.

Si el espacio es reducido, valora las mesas en formato esquinero o modulares. Y si necesitas adaptar la mesa a varios usos, busca modelos con accesorios integrables.

2. Mesas con cubeta y zona de lavado integrada

Las mesas con cubeta son perfectas para tareas que combinan preparación y lavado. Puedes enjuagar verduras, aclarar utensilios o mantener ingredientes frescos sin moverte del puesto.

Ventajas de trabajar con encimeras con cubeta:

Evitas desplazamientos innecesarios.
Reduces el riesgo de contaminación cruzada.
Ganas en organización y fluidez.

Complementos recomendados:

Grifos de cocina con caño alto o ducha extraíble.
Escurridores integrados o laterales.
Cubetas para fregadero extraíbles o fijas.
Lavamanos auxiliares para zonas independientes de higiene personal.

¿Dónde encajan mejor?:

En zonas de preparación de alimentos crudos.
En cocinas de tamaño medio o grande, donde se busca centralizar procesos.
En establecimientos que cumplen con normativas HACCP y control de higiene.

Además, si buscas más polivalencia, puedes optar por mesas modulares que combinen varias funciones en un mismo módulo: superficie de trabajo, cubeta de lavado, estante intermedio y soporte para cubos o utensilios. Estas estructuras ahorran espacio y se adaptan al ritmo de cualquier cocina profesional. También puedes añadir tablas de corte extraíbles, sistemas de recogida de residuos o grifos de pedal para evitar el contacto manual.

3. Muebles fregaderos: lava, guarda y ordena en el mismo sitio

Si quieres combinar eficiencia e higiene, los muebles fregaderos son la mejor opción. No solo sirven para lavar, también te permiten aprovechar el espacio inferior para almacenar utensilios o productos de limpieza.

Tipos de muebles fregaderos disponibles:

Con una o dos cubetas.
Con escurridor lateral o central.
Cerrados con puertas batientes o correderas.
Abiertos con estantes inferiores.

¿Qué los hace tan prácticos?:

Se integran fácilmente en cualquier cocina.
Son resistentes al agua y a productos de limpieza agresivos.
Pueden incluir grifos profesionales de alto caudal o flexibles.

Consejo: si tu cocina es pequeña, un mueble fregadero con cubeta y escurridor puede sustituir a varios módulos independientes. Ahorro de espacio y más organización.

4. Altura regulable y ergonomía en tu día a día

Pasar horas de pie frente a una superficie mal adaptada puede acabar en dolores de espalda, piernas cansadas o lesiones. Por eso, las mesas de trabajo y preparación con altura regulable están ganando protagonismo.

Tipos de mesas ajustables:

Eléctricas: regulación automática con solo pulsar un botón.
Manuales: sistema de manivela sencillo y fiable.
Por cuadrícula: ajuste por niveles predefinidos.

¿Por qué son una buena inversión?:

Se adaptan a cualquier profesional, sin importar su altura.
Permiten alternar posiciones sentado/de pie.
Mejoran la ergonomía y reducen bajas por fatiga muscular.

Además, muchos modelos incluyen ruedas y frenos, para moverlas fácilmente sin perder estabilidad.

5. Materiales para mesas de trabajo y preparación

Elegir bien el material de tu mesa no solo afecta al diseño, también a la seguridad, el mantenimiento y la durabilidad. A continuación, te contamos cuáles son los más habituales en cocinas profesionales.

Materiales recomendados:

Acero inoxidable: el rey en hostelería. Higiénico, resistente al calor y a la humedad.
Madera maciza: ideal para tareas mecánicas o de repostería. Muy robusta.
Melamina: perfecta para oficinas o zonas auxiliares.
Tableros con chapa de acero o linóleo: buenos para tareas técnicas o eléctricas.

En entornos húmedos o de uso intensivo, el acero inoxidable sigue siendo la apuesta segura. Se mantiene impecable con una limpieza mínima y cumple con todas las normativas sanitarias.

6. Accesorios que marcan la diferencia

Para completar tu zona de trabajo, hay una serie de accesorios que no deberían faltar. Aportan orden, agilidad y comodidad al equipo.

Accesorios esenciales:

Grifos de cocina con distintos tipos de chorro y control de temperatura.
Cajones extraíbles o modulares para tener todo a mano.
Lavamanos independientes, obligatorios en muchos espacios de cocina.
Estanterías superiores para aprovechar el espacio vertical.
Soportes, colgadores y bandejas para organización de pequeños utensilios.

¿Qué consigues con estos complementos?:

Un entorno más limpio y organizado.
Mayor productividad.
Mejor experiencia de trabajo para el equipo.

También puedes instalar iluminación específica sobre la mesa de preparación, lo que facilita tareas de precisión y mejora la visibilidad durante el servicio. Los sistemas de drenaje rápido y los escurridores de acero inoxidable ayudan a mantener el área seca y libre de acumulación de agua, evitando resbalones y mejorando la seguridad.

Y si buscas orden total, los armarios para fregadero con compartimentos interiores te permiten almacenar productos de limpieza o herramientas de forma discreta, manteniendo el entorno despejado y funcional.