Ropa de cama para sentirse bien

La ropa de cama adecuada puede determinar la calidad de nuestro sueño. Pasamos todas las noches, aproximadamente un tercio de nuestra vida, en nuestra cama. Esto quiere decir que dichos utensilios sufren las consecuencias. No importa si la ropa de cama está fabricada en poliéster o algodón, microfibra o franela: la selección es grande. Pero, ¿qué diferencias existen? ¿Y qué debo tener en cuenta durante el proceso de compra? Nuestro manual te ayudará a hacer la elección correcta.

1. La ropa de cama perfecta

Con la ropa de cama adecuada puedes realzar el diseño de tu dormitorio. Una imagen general armónica proporciona un ambiente especial e invita a sentirse bien. La ropa de cama está disponible en diversos tamaños y materiales: para encontrar la ropa de cama perfecta para tus requisitos, hay algunas características importantes que debes tener en cuenta a la hora de la compra:

Material: ¿de verano, de invierno o para todo el año? ¿Para qué época del año necesitas tu ropa de cama?
Dimensiones: 155 x 220, 200 x 200, etc. ¿Qué medidas debe tener la ropa de cama?
Color: ¿de varios colores o de uno solo?
Otras características: ¿buscamos ropa de cama apta para alérgicos?

No importa si es para tu hotel o para tu oasis de bienestar en casa: estas son las preguntas que deberías hacerte a la hora de la compra. Pero ¿cómo encontrar la ropa de cama ideal? Desde el algodón, pasando por Jersey, hasta el satén: cada tejido tiene sus ventajas e inconvenientes. A continuación encontrarás más información sobre las diferencias entre los respectivos materiales.

2. El material adecuado: algodón, lino y más

Además de almohadas, edredones y colchones, una ropa de cama adecuada es esencial para un sueño reparador. A la hora de elegirla, la primera cuestión es saber es cuál es el material que más te conviene. Para ello tienes que tener en cuenta que algunos tejidos resultan más apropiados para el verano que para el invierno, y viceversa. Además, hay materiales que se pueden emplear durante todo el año.

También hay diferencias de fabricación; por ejemplo, en función del tipo de trama, el algodón puede transformarse en ropa de cama de satén o de franela. Nuestro manual te facilitará una visión general de los materiales más conocidos:

2.1. Ropa de cama de tejido polar

En los fríos meses de invierno, a menudo se utiliza ropa de cama de tejido polar; pues, la mayoría de las veces, este material se compone de un tejido clásico: algodón.

El material se carda, con lo cual se genera una superficie suave y acogedora.
Efecto "calor": debido al proceso de fabricación, la ropa de cama polar calienta especialmente bien.

2.2. Ropa de cama de franela

Junto a la ropa de cama convencional polar, también existe la ropa de cama de franela, muy suave y esponjosa.

Efecto "calor": este material mantiene el calor y, al mismo tiempo, es transpirable; lo cual lo hace especialmente apropiado para los meses fríos.
La ropa de cama puede limpiarse de forma fácil y rápida.
Peso reducido: en comparación con el tejido polar, la franela se distingue por su menor peso.

2.3. Ropa de cama de lino

El acompañante perfecto en las noches de verano sofocantes: este material se obtiene de los tallos de la planta de lino y su superficie resulta especialmente lisa.

Efecto refrescante: gracias a la superficie lisa, el material produce un efecto refrescante en la piel.
Un material resistente: la ropa de cama de lino se limpia fácilmente, con lo cual tiene una larga vida útil. Sin embargo, en comparación con la ropa de cama de Biber, el lino requiere más tiempo para secarse.
En contraposición al algodón, no forma pelusa.

2.4. Ropa de cama de satén

Un look elegante: la ropa de cama de satén se distingue por un diseño brillante y moderno. Hay tres tipos diferentes que pueden influir sobre el efecto de brillo: el satén, el satén Makro y el satén de microfibra.

Material de alta calidad: el material resulta muy agradable para la piel y es fácil de cuidar.
Diseño de alta calidad: la ropa de cama adquiere su brillo gracias a un algodón de fibra larga, seda o viscosa.
La ropa de cama de satén puede utilizarse durante todo el año.

2.5. Ropa de cama de microfibra

Además del satén, la microfibra también se incluye entre las telas de aspecto brillante. La mayoría de las veces, la ropa de cama se compone de fibras muy finas como, por ejemplo, poliéster.

Efecto refrescante: este material tiene una textura suave y proporciona un óptimo enfriamiento, además de una agradable sensación de frescor en esas noches más cálidas de primavera y verano.
Limpieza sencilla y rápida: la ropa de cama se seca rápidamente, es transpirable y no forma pelusa.
Apta para alérgicos: las finas fibras se encargan de que apenas se puedan depositar en el tejido polvo, ácaros o polen.

Además, hay muchos otros materiales; por ejemplo:

Jersey: este tejido de algodón se adapta bien a la piel y puede utilizarse durante todo el año.
Renforcé: un tejido de algodón suave que absorbe bien la humedad; por tanto, se utiliza especialmente en verano.
Mil rayas o seersucker: se distingue por su superficie a modo de crepé y, resulta apto, sobre todo, para las noches de verano calurosas.
Perkal: se compone de tejido de algodón y también es apropiado para el verano.

3. El tamaño adecuado para tu ropa de cama

La mayoría de la ropa de cama está disponible en forma de juego, compuesto por lo general por una funda de almohada, una funda para el edredón y una sábana encimera. Esto te permitirá ahorrar el tiempo necesario para encontrar fundas de colores que combinen bien. En el caso de las fundas de edredón, además de la talla estándar de 135-200 cm, encontrarás una gran selección en tallas grandes en nuestro Marketplace:

150x200 cm
200x200 cm
200x220 cm
220x240 cm

Si estás buscando una funda para tu cama doble, equipada únicamente con un edredón grande, resulta apropiada la talla 200x200 cm. Esta es una opción muy valorada por las parejas, frente a las mantas tradicionales.

El tamaño estándar de las fundas de almohada es de 70, 80 o 90 cm. Además, también existe la talla 80 x 40 cm, más apta para para las almohadas decorativas.

Consejo: antes de la compra, mide tus mantas y almohadas: ¡así podrás asegurarte de que tu ropa de cama tiene la talla perfecta!

4. Lavar correctamente la ropa de cama

No importa que se trate de tejido polar, jersey o perkal: sea cual sea la ropa de cama que elijas, antes de su primer uso se recomienda lavarla del revés a aproximadamente 60 ºC: esto hará que sus colores se conserven mucho tiempo. Vigila que todos los cierres funcionen bien para evitar posibles daños en el tejido.

A temperaturas de lavado más bajas, es aconsejable utilizar un detergente convencional, lo cual ayudará a acabar con todos los gérmenes. Para los cuidados óptimos, es importante utilizar el detergente adecuado. Ten en cuenta que existen detergentes especiales tanto para ropa de color como para ropa blanca que se encargan de proteger la solidez de los colores a largo plazo.

En tejidos como, por ejemplo, microfibra, debe prescindirse de suavizante, pues contiene sustancias que pueden provocar que tu ropa de cama pierda suavidad y capacidad de absorción.

Consejo: antes de cada lavado, ten en cuenta las indicaciones del fabricante en la etiqueta.

5. Ropa de cama de color: dar toques de color

La gran selección de colores permite un uso individual: con el color adecuado puedes dar un nuevo aspecto a tu dormitorio.

A la hora de elegir colores, en principio hay que cuestionarse si se prefiere una ropa de cama sencilla o más llamativa. Si deseas realzar el color, lo más apropiado es recurrir a colores más fuertes como el azul, el verde y el rojo.

¿Prefieres un diseño sencillo y moderno? Entonces, resultan especialmente aptos los tonos grises: este color atemporal puede combinarse individualmente con otros extras como, por ejemplo, colchas y almohadas decorativas.