Tomates para hostelería
Llegó a nuestro país en el siglo XVI desde América, pero al principio sólo se utilizaba como planta ornamental. Más de 500 años después, el tomate se ha convertido en un básico de la gastronomía española. En ensaladas, salsas, gazpacho, salmorejo, acompañante de carnes y pescados, risotto, pasta… todo un sinfín de posibilidades que requiere de formatos dispares. ¡Descubre el surtido Makro de tomate para negocios de hostelería!
Tipos de tomate
Otras formas de tomate
La riqueza en la variedad de tomates no sólo se refleja a la hora de consumirlo en fresco; las formas de conservarlo también son diversas: triturado, deshidratado, pelado… Esto permite disponer de este producto durante todo el año y emplearlo en tus recetas más allá de presentaciones en crudo.
Otros datos sobre los tomates
Preguntas frecuentes
Para determinar la madurez del tomate hay que tener en cuenta los siguientes parámetros:
- Color: el mismo dependerá de cada variedad (hay tomates que tiran al rosa y otros verdes/amarillo). Lo importante es que sea uniforme e intenso.
- Piel/ textura: debe tener brillo, ser suave y firme pero, al mismo tiempo, flexible a la presión. Importante que no presente zonas blandas porque será sinónimo de que se ha pasado.
- PH: un parámetro que determina la acidez del tomate, una cuestión relevante en el caso de los frutos que se destinarán a productos de conserva, como la salsa triturada. El pH del zumo se sitúa normalmente entre 4,2 y 4,4, lo cual asegura la estabilidad microbiológica durante el procesado.
La forma de cortar el tomate dependerá del uso que le vayamos a dar ya que, por ejemplo, no es lo mismo emplearlo en una ensalada (en rodajas o gajos, preferentemente) que en un guiso (en tacos o brunoise). En todo caso, para cortar un tomate es importante contar con un cuchillo adecuado para evitar que se rompa (tipo chef especial verduras o santoku) y que esté bien afilado.
En caso de querer pelar fácilmente un tomate hay varias opciones:
- Hervirlo: les hacemos previamente un corte en forma de cruz en la parte inferior y superior y se sumergen en agua hirviendo durante dos minutos. Se dejan enfriar unos minutos y con un cuchillo se retira la piel.
- Microondas: similar a la técnica anterior, pero en vez de ponerlos a hervir se introducen en el microondas, a potencia media, durante 30-40 segundos.
- Horno: se introducen en la bandeja a 200 grados durante 10-15 minutos. Sabremos que ya pueden pelarse fácilmente cuando la piel comience a arrugarse y desprenderse.
Si necesitamos pelar el tomate en crudo podemos hacerlo con un pelador de frutas y verduras o utilizando la misma técnica que emplearíamos con una manzana o una naranja.